02 noviembre 2008

Deseo


Deseo tu cuerpo, no del todo desconocido. Sufragar con él las deudas que con el tiempo hemos ido arrastrando a la flor de nuestra de piel.

Deseo tu cuerpo, tocarlo, chuparlo, morderlo, acariciarlo.

Perderme en el pecado de gotas de sudor y palpitaciones imprecisas.

Deseo el calor que desprendes, desde la palma de la lengua a la punta de las manos.

Deseo la chispa que se enciende en tus ojos al rozar mi pecho.

Te deseo intacto, para desvirgar con el roce de mi lengua los poros impenetrados de tu piel.

Deseo deshacerte entero, saborearte, romperte de placer.

Deseo olerte hasta el final, hasta que tu olor se incruste en mi esófago, tragando tu saliva.

Deseo dar volteretas entre sábanas hasta que se rasguen.

Deseo saborear la tentación salvaje de tenerte dentro de mi piel, debajo de mis uñas, entre los pliegues de mi estómago.

Deseo que me vuelvas del revés, visceras palpitantes, y fundirme en un último grito, en un último suspiro.

Al alba.

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